Mi primera reflexión deriva de la primera semana de clase. Ha sido un buen comienzo ver a muchos compañeros conocidos así como reencontrarme con un método de enseñanza que considero diferente e inclusivo. Estas dos clases me han hecho pensar en esa idea avanzada de Asia como productor y Europa, el obsoleto occidente, que queda como el que ofrece servicios: nada. Y sin producir nada no podremos pagar la deuda que tenemos. Hay que buscar un camino diferente, que, por lo menos en Europa, pase por la solidaridad, previa resposabilidad de todos. Porque estamos en un agujero muy negro y las ideas para salir nos alejan cada vez más de la solución. Solo nos fragmentan cada vez más profundamente. Claro que cualquier crisis pone de relieve las fracturas políticas, y más en Europa, cuyos Estados son viejos y tienen mucho miedo de cambiar y desmoronarse. Necesitamos un soplo de aire fresco, ideas y personas nuevas.

 

También me llamó la atención las noticias que relacionó una compañera acerca de cómo nuestro Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, niega sistemáticamente el rescate, mientras se otorga la concesión a la empresa del magnate Florentino Pérez para la realización del techo del Congreso de los Diputados. Así funcionan las cosas: unos pocos tienen el poder y se lo reparten cómo gustan.

 

Sabemos que muchas cosas deben cambiar, es necesario y se pone de manifiesto cada vez más la obsolescencia de nuestro modelo de continuo crecimiento a base de un endeudamiento salvaje y desastroso. Por eso considero interesante la propuesta de nuestro profesor de elegir nosotros mismos sobre qué temas queremos investigar. Ahí se enmarcan éstas nuevas ideas, esos nuevos soplos de aire fresco, que no se queden en simples tertulias nocturnas en las que con un amigo solucionas el mundo, sino que nos iluminen y nos den esperanza de saber cómo podemos cambiarlo pero bajo el rigor académico que ya hemos adquirido durante la carrera.

 

En concreto, a mi me parecieron ciertamente interesantes todos los temas que se propusieron ayer, pero considero especialmente interesante e instructivo tratar el problema de España, este gran compendio de sentimientos y fracturas que identificamos con nuestro país, dejar de copiar ideas extranjeras sin conocer nuestra propia naturaleza, y pensar en modelos idóneos según nuestras fortalezas y necesidades.